

El Laboratorio de Marx
Dicen que leer a Marx es muy difícil. Muchos han intentado leer El Capital por años y no han tenido éxito en comprenderlo. Otros han desarrollado muy profundamente algunas de sus raíces, cosa encomiable, pero falta un sentido de unidad de la imagen producida por el método del materialismo histórico. Otros quizá puedan repetir de memoria sus pasajes, enunciándolos una y otra vez como cuchillas frente al adversario epistemológico.
¿Pero por qué es tan complicado? La respuesta se encuentra no bajo un problema teórico sino sobre su base práctica. El Capital no se comprende puesto que la realidad capitalista, gracias a su poder material logró conquistar el sentido común, el monopolio de la interpretación de la realidad. Y el secreto ha sido capturar, no solo los temas sino la tecnología de comprensión de los complejos fenómenos de lo real, del proceso de vida social representado mediante el proceso de producción. Dicho de otra manera, el estudio de la crítica de la economía política es la crítica a la apropiación de sentido de vida en su versión moderna, es decir, en su versión del dominio del valor de cambio sobre el del uso humano.
Nos han robado la voz - como dice León Chavez Teixeiro- nos robaron la base autocrítica de la manera en la que formulamos nuestras categorías. Así como Charles Darwin descubre la forma en la cual las especies evolucionan en su adaptación al medio, Marx muestra las leyes por las que los organismos sociales evolucionan en su construcción histórica de una nueva naturaleza. No solo se trata de pensar temas, sino de reflexionar cómo es que esos temas son pensados. El objetivo es construir imágenes que representen cada una de las categorías del modelo teórico de Marx. La importancia de esta labor es que sin categoría consciente se vuelve imposible observar y comprender en su correcta dimensión los fenómenos que vemos en la realidad. Más allá, la apuesta del método dialéctico de Marx es que esas categorías no vienen de fuera sino que se encuentran en nuestra experiencia en tanto nodos de esas relaciones sociales vivas. Por ello, la introspección analítica y creativa se vuelven fundamentales para generar las imágenes que se convertirán en la antesala de categorías científicas. Una vez adquirida la imagen se cuenta con un artefacto político que clarifica un nuevo proceso social, la clarificación es aquí entendida como la disolución del hechizo del sistema ideológico capitalista. No se necesita mucho, solo enunciar el fenómeno en su raíz para que su fuerza de dominación desaparezca. Dicho de otra manera, para poder superar al capitalismo se necesita comprenderlo mediante la manera en la que impacta en nuestro proceso vital de vida.
El Laboratorio de Marx es un lugar de experimentación, así como los químicos utilizan distintos reactivos para sus labores, en este mecanismo construimos un laboratorio epistemológico-práctico para desarrollar las imágenes precisas para comprender la arquitectura espacio-temporal de nuestro entorno capitalista. En suma, este es un taller que permite a sus asistentes obtener una experiencia de sensibilización a la manera dialéctica de ver la realidad, mediante el cine, la literatura, pintura y dibujo, la música, la retórica, performance, etc.
Los objetivos dependen de la experiencia del asistente, este taller sirve como guía para una lectura exitosa de la obra de Marx, pero también como una herramienta de auto-comprensión de la realidad política contemporánea. Es decir, se ofrece una noción geopolítica que permiten comprender el sentido de los múltiples fenómenos que enfrentamos. También sirve como un mecanismo para conocer la historia particular del pensamiento económico y, por supuesto, para construir un modelo propio crítico de acuerdo a las diversas necesidades.
Inscríbete al próximo taller o solicítalo, vamos a experimentar de qué está hecha la dialéctica con la que Marx trabajó y desarrolló su método de análisis de la realidad.

