Publicado por OROJAS el 1 MAYO, 2018

¿Cómo podemos decir qué tipo de realidad es la que vivimos en el siglo XXI? ¿sigue siendo capitalismo? ¿es acaso un estado estacionario del que no se puede salir? ¿y si ya es otro sistema y no nos hemos dado cuenta? La crisis del 2007-2008 habilitó la posibilidad de reflexionar de nueva cuenta sobre la obra de Marx. Después que los economistas del llamado mainstream fallaron en advertir, vaya, si quiera en explicar el mecanismo de ruptura del crack económico. Parte de la crisis fue el desconcierto de los economistas tradicionales, que luego de su sueño guajiro llamado era de oro del capital, se dieron cuenta que las crisis no han podido ser extirpadas de su Frankenstein walrasiano, de ahí que algunos economistas más audaces comenzaron a voltear a Karl Marx, lo desempolvaron e intentaron tomarse un poco más serio el trabajo del hombre que destrozó la economía política clásica aplicando un método hasta ahora todavía incomprendido: el materialismo dialéctico.
Pero he ahí el problema: los economistas y científicos sociales, acostumbrados a las imágenes del mundo newtoniano (mecanicista) no tienen categorías para poder observar el mundo einsteniano. Los que han intentado revivir a Marx lo hacen por medio de un método que no corresponde, una lectura incompleta puesto que no asume el motor esencial: la estructura contradictoria de todos los procesos objetivos, invarianza que produce toda la variabilidad de procesos que conforman el proceso de desarrollo de la formación económica-social de tiempo histórico.
El Sol no gira alrededor de la Tierra, éste planeta es, a su vez, un pequeño planeta en un universo conocido de más de 100, 000 galaxias, así el modo de producción capitalista no gira al rededor de la humanidad, sino es sólo una determinación de más de 100, 000 modos de producción que han acompañado la evolución de la práctica humana. Así como cada astro modifica en cierta medida el espacio, los modos de producción tienen su particular tiempo histórico. Para apropiarse del materialismo dialéctico hay que tener esto en mente, la actividad práctica del humano, la praxis es productora de tiempo-espacio. Es momento de volver a dotar de contenido a estas categorías, toda vez que el capital ha necesitado de anular la ontología del espacio-tiempo social mediante la idea del progreso lineal, tiempo vacío y homogéneo.
La salida del capitalismo comienza por darse a la tarea de construir un nuevo tiempo social, un nuevo tiempo histórico dadas las fuerzas productivas alcanzadas, es hora de revolucionar las relaciones sociales de apropiación.