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Diferencias entre el excedente capitalista y el acopio social


"Solamente dentro de la comunidad es posible, por tanto, la libertad personal."

Marx & Engel en La Ideología Alemana (1846)



La economía capitalista, como es sabido, consiste en su base material objetiva - su relaciones de poder y nivel productivo dado- pero también en una base subjetiva, cada modo productivo tiene, pues, un sistema ideológico que crea la narrativa que van a adoptar los miembros de la sociedad, la ideología dominante. Detrás de tantas variaciones y pareceres en los mas diversos temas, existe -como marca de agua- la narrativa global del modo de producción dominante.


Para ejemplificar este fenómeno considérese la diferencia entre dos narrativas: la del excedente capitalista y la del acopio social. Ambas se refieren exactamente a lo mismo: las sociedades en colectivo producen lo suficiente para satisfacer la base más elemental de reproducción más un excedente, una riqueza producida que rebasa las necesidades simples de reproducción de vida y que le permite contar con recursos suficientes para seguir desarrollando el mundo de riqueza material (es en este momento que las sociedades pueden comenzar no solo a sobrevivir, sino a vivir mediante el desarrollo de nuevas infraestructuras y expresiones culturales). ¿Qué hacemos con el "excedente"? - se suele preguntarse-.


Pues bien, todo esto viene a cuenta porque la visión dominante que aquí distinguimos, la excedente capitalista, tiene por característica ajustarse al sistema ideológico de la visión del empresario, y junto con ello surge también la narrativa del esfuerzo del empresario, los resultados de la riqueza no son medidos colectivamente sino de acuerdo a lo que es capaz de alcanzar un individuo, un emprendedor. Esto lo convierte en una competencia por demostrar que se es libre solo mediante la acumulación ampliada de capital. Todo aquello que no es susceptible de ser enajenado o detentado, dentro de esta narrativa, es un desperdicio, una masa de riqueza de mínima sobrevivencia. En suma, la riqueza individual es mucho más clara de cuantificar y, por tanto, observar, que la visión de la riqueza colectiva.


Desafortunadamente esta ideología llega también a los que no cuentan con capital, a los no-propietarios, se constituye una sociedad falsamente meritocrática, el consumismo mantiene encadenados a los trabajadores a niveles cuantitativos que le otorguen una cualidad social. Este es el problema del fetichismo, yo tengo aprobación social solo mediante la apropiación privada del excedente. Decimos "desafortunadamente" ya que esta narrativa produce la despolitización del trabajador, es verdaderamente una rata en laboratorio tratando de correr lo más rápido posible en la rueda hasta que la próxima crisis disuelve todo lo "ganado", el modo productivo capitalista es una farsa desde su raíz, su sistema ideológico encubre esta farsa, la endulza con la narrativa del esfuerzo individual, o como se le conoce también en redes: el "echeleganismo".


Desde que hace cientos de años, Espartaco se puso de pie y dirigió una gran sublevación de esclavos frente al imperio romano, han continuado, sin descansar, levantamientos, protestas, revoluciones. Estos movimientos sociales plantean no sólo una "repartición justa" sino que ponen en entredicho también la ideología dominante, de aquí que al "echeleganismo" individual, comencemos a considerar una nueva perspectiva, particularmente el de su contrario: la actividad social colectiva, el proceso de acopio social. Esto significa que de la narrativa individual pasamos a la visión comunitaria, colectiva y asociada, la sencilla idea de que los resultados de la riqueza material son resultados de la cooperación social, no solamente del esfuerzo individual. Por tanto, lo que para el capital es un "excedente" para la explotación, aquí se plantea la noción de acopio social, es decir, la riqueza material que, mediante su transformación en bienes comunes constituye una base para la reproducción de la vida, pero también la producción de vida.


Para lograr esto, es necesario detectar las reminiscencias de la narrativa empresarial capitalista para una visión diferente. ¿Quiere decir que esto va a convertirse en grandes fábricas sin posibilidad alguna para la expresión individual? En lo absoluto, de hecho el capital es lo que describe fielmente este infundado miedo. Muy al contrario, de lo que se trata es de reconocer e identificar la fuerza excesiva de los oligopolios y monopolios en el mar del mercado mundial, se trata de que se fortalezcan los individuos mediante mecanismos de cooperación, es decir, el planteamiento del acopio social se basa en el siguiente principio: solamente es en la comunidad donde el individuo puede realizar su personalidad.


Se suele decir que el Estado no debería "regalarle" dinero a los pobres porque esto los "vuelve más flojos", que no hay que regalar el pescado, que hay que enseñar a pescar, una vez más el pernicioso echeleganismo, esta visión solo deja ver que se comparte la narrativa de que la base es el esfuerzo individual y no el colectivo; de aquí que, desde la óptica del acopio social, no se "regala" dinero" sino que se reconoce a los miembros de la comunidad como tal y que en tanto crean la riqueza material de forma cooperativa, los productos de la misma, representados en el presupuesto estatal, deben tener una garantía de distribución universal, general para todas y todos los miembros de la comunidad.


Es natural mal interpretar este fenómeno porque por muchos años hemos observado que los gobiernos utilizaron las transferencias para construir clientelas políticas o para apaciguar posibles levantamientos sociales, estamos frente al sucio trabajo de los gobiernos neoliberales: extorsionar con el presupuesto público para condenar a las poblaciones a la pobreza perpetua. En oposición a esto, tenemos que un gobierno antitético al neoliberalismo, distribuye con el objetivo de tender una base esencial de riqueza común para poder, insistimos, reproducir y producir la vida. Es por esto que, al día de hoy, cosa que se dice mucho pero que casi no se ha reflexionado profundamente, este proceso de distribución social de recursos ya es un derecho constitucional, es decir, se ha avanzado en el sentido de la óptica del acopio social.




Nunca olvidemos que en todo proceso de vida la idea de la competencia siempre se presenta de forma unilateral, el sistema ideológico capitalista siempre gusta de olvidar su otra base: la cooperación





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